domingo, 16 de noviembre de 2008

Foto antigua

Y esa monicaca de chocolate hasta los kikis de rosados lacitos soy yo.
Quién lo diría.
Quién adivinaría en esos ojitos dulces un atisbo, sólo un atisbo de amargura.
¡Si ella, la otra yo, la que fue voraz consumidora de leche condensada, me conociera ahora!
Ahora que estoy hecha un asco, ajada, sin luz, luciérnaga exenta de brillantes culebreos.
Qué pena.

La abstracción de mi mente ha culminado en un monolito de sal. Y ya no quiero escribir más.

(La playa del olvido, 1984)
Almudena Guzmán

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